jueves, agosto 28, 2008

El canto de la sirenas!

Raro va a resultar este post. Pero más engorroso me resulta explicar el motivo por el cuál lo publico. Desconozco los terrenos sobre lo que actualmente me estoy moviendo, o sobre los que el destino, queriéndome jugar una mala pasada, me esta orillando.

Tengo miedo. ¿Se imaginan ustedes el miedo que debe sentir la gacela, cuándo cae la noche, sabiéndose acechada por el tigre? ¿El miedo mismo al sentir sus grupas desgarradas por acerados colmillos? ¿El miedo de los cervatillos reflejado en felinos ojos?

Llegó lo que más temía. Este maldito ostracismo me ha impedido decir lo que realmente sentía. Y eme aquí, con las manos vacías y el corazón deshecho, si es que había algo. Y lo que es peor, sin haber podido ni meter las manos, ni siquiera en defensa propia. Y sin embargo, cantó la sirena, y acá estoy... postrado.

Llorando mi discapacidad emocional. Escuchó el canto de las sirenas... llamándome. Qué suceda, no lo sé aún. Seguramente nada bueno. Mientras Soledad, ríe a horcajadas. No la culpo, de alguna forma me lo ha hecho saber durante tantos años. Sólo nací y sólo voy a morir, escuchándo el canto de las sirenas!

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